Kilómetros
aproximados: 190.
Desayunamos algo más de 7’30
y tras coger nuestras cosas y hacer el check-out, a las 8’45 ya estábamos saliendo
del parking (11 €); la salida de la ciudad fue fácil y sin complicación, y además
llevó poco tiempo porque no había mucho tráfico.
Al poco de salir a la
autovía pusimos gasolina, así durante estos días por la Selva Negra podíamos olvidarnos.
La autovía tenía bastante tráfico en algunos tramos, pero sin llegar a atasco.
La idea inicial era
visitar Baden-Baden, ciudad balneario con elegantes edificios que adquirió su
esplender en la “Belle Epoque”, pero al final decidimos eliminarla para llevar
el día más tranquilo.
Así que ya íbamos a
comenzar la región conocida como la SELVA
NEGRA, que es una zona bastante boscosa y que en realidad abarca no muchos
kilómetros dentro del estado de Baden-Wurtemberg, en alemán se llama SCHWARZWALD.
Desde Heidelberg teníamos
un par de horas hasta nuestro primer destino MUMMELSEE, que es un lago muy visitado, uno de los principales motivos es porque se encuentra justo
al lado de la carretera B500, una de las principales vías de la Selva Negra.
Teníamos intención de
subir a una Torre-Mirador, pero cogimos un camino que no estábamos seguros si
era al adecuado y poco a poco se fue complicando, así que desistimos; tomamos
otro que parecía que sí iba a ser el correcto, primero nos cruzamos con un
charquito salvable, pero luego nos cruzamos con otro mucho más grande y como no
queríamos meter el pie en el barro, desistimos y volvimos hacia atrás.
Así que dimos la vuelta
al lago, es un paseo muy corto, y vas casi todo el rato por una pasarela de
madera; de todas formas en un entorno bastante bonito. Aunque no había mucha
gente cuando llegamos, deber ser muy turístico por que había una tienda enorme
y un restaurante también enorme.
En la Selva Negra tienes
siempre cosas muy cerca para visitar, ahora a 20 minutos teníamos
ALLERHEILIGEN, aquí hay unas cataratas y las ruinas de un Monasterio; muy bien
indicado en la carretera. Encontramos un parking, pero como habíamos leído que
hay uno arriba y uno abajo, y habíamos llegado al de arriba (donde está el
Monasterio), fuimos a buscar el de abajo para así hacer más cómoda la vuelta de
la excursión porque así sería de bajada, pero seguimos carretera y como no lo encontramos
cerca volvimos.
Primero comimos en unos
banquitos a la sombra, nos montamos unos sándwichs con pan y fiambre que
compramos ayer, y unos refrescos que compramos en la tienda allí mismo.
Las WASSERFÄLLE ALLERHEILIGEN son unas cascadas muy bonitas en un precioso entorno, son siete cascadas a
lo largo de 83 metros, y durante el recorrido hay algunos tramos de escaleras.
Nosotros primero bajamos, así que la vuelta tocaba de subida, aunque hacía
relativamente fresco, yo pensaba que iba a ser más. El recorrido se puede hacer
tranquilamente en menos de una hora.
Analizando después lo de los parkings,
pensamos que en nuestro caso, no había estado mal aparcar arriba, porque allí
tienes restaurante, baños, tienda de souvenirs y refrescos; mientras que abajo
no hay nada más que unos bancos para sentarse.
Todavía nos quedaba una
cosa que visitar, KLOSTER ALLERHEILIGEN,
este Monasterio fue fundado en el siglo XII y abandonado en el siglo XIX,
actualmente se encuentra en estado ruinoso, pero cuidado; aun así es bonito, lo
que pasa que nosotros nos encontramos con un escenario montado dentro que lo afeaba
bastante.
Siguiendo carretera hasta
nuestro siguiente destino, pasamos por la puerta de entrada de la parte de
debajo de las cataratas, estará a 3-4 kilómetros de la otra; y como hemos dicho
antes, depende de lo que necesites, aparcar aquí es buena idea o no.
Como íbamos bien de
tiempo, pusimos rumbo a OBERKIRCH, que
es un pequeño y bonito pueblo muy cuidado, y por sus calles corre un riachuelo;
pero nosotros entre que pillamos el pueblo patas arriba porque estaban montando
tenderetes para la fiesta del fin de semana, y los 30º que nos encontramos al
llegar, pues hizo que la visita fuera muy breve. Esta visita es prescindible,
pero si sobra un poco de tiempo está bien.
Con este calor la verdad
es que no apetecía hacer nada, no me extraña que en las cataratas no estuviera
muy fresco. Así que pusimos rumbo a nuestro último destino del día Gengenbach,
donde íbamos a pasar noche en el Stadthotel Pfeffermülhe, para variar no había
aire acondicionado y en la habitación hacía calorcillo, pero bajamos la persiana,
y se podía estar bastante bien. Descansamos un buen rato, aunque en realidad lo
que hacíamos era esperar que fuera bajando el sol.
Antes de las 7 salimos a
conocer GENGENBACH, bastante
tranquilo a esas horas, dimos un paseo que nos llevaría algo menos de una hora,
y eso que salimos hasta el río Kinzing. Este pueblo tiene un centro muy muy pequeño
y todas sus cosas a visitar están muy cerca, pero es una preciosidad; creo que
el que más me gustó de la Selva Negra, y poder visitarlo en la tranquilidad de
la tarde, todo un acierto.
Entrando por la puerta Obertor |
OBERTOR |
Llegando a Kinzigtor |
KINZIGTOR |
La puerta Kinzigtor desde fuera |
Además de unas puertas de
entrada a la ciudad muy bonitas, otra de las cosas que destaca son las calles Höllengasse y Enelgasse, su traducción
sería calleja del infierno y calleja de los ángeles.
Tras el paseo tocaba nuestra cerveza, elegimos Winzerstüble, con una bonita terraza
interior y bastante animado, así que luego decidimos cenar aquí; según iban
pasando los días nos estábamos haciendo más guiris, a las 8 pidiendo la cena y
a las 8’30 cenando; pedimos un plato de cerdo que llevaba ensalada y un
wiener schnitzel, también nos pusieron una ensalada para compartir que no
pedimos (y que no cobraron), suponemos deben incluirla cuando pides algo; la
cena junto todas las cervezas, costó 37 €; bastante bueno.
Después de la cena,
pedimos un heladito (1 €) y dimos una vuelta nocturna para ver de nuevo los
lugares que más nos habían gustado, todavía no era de noche del todo (aún no
eran las 10 de la noche), pero mejor porque iluminan todo muy tenue.
Luego al hotel que está a
cinco minutos andando del centro; en el día de hoy, sacamos la conclusión de que como las
temperaturas iban a continuar así, mejor madrugar un poco, para después de
comer cuando aprieta el calor, descansar un poco.
Desde la puerta del hotel se veía Obertor |
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