Kilómetros
aproximados: 250.
Desayunamos prontito
sobre 7’30, cerramos maletas, hicimos check-out y nos fuimos hacia el parking;
así que sobre 8’15 ya estábamos en marcha.
Inicialmente cuando
estábamos preparando la ruta pensamos en hacer parada en Ulm, pero al final lo
descartamos para dedicarle el día entero a una ciudad que a priori tenía muy
buena pinta, y hasta donde teníamos unas 3 horas para llegar, ROTHENBURG OB DER TAUBER.
Llegamos al Hotel Gasthof Rödertor y aunque no era hora del
check-in, al preguntar dónde aparcar, nos dijeron que nuestra habitación ya
estaba, así que subimos las maletas y en un momento nos fuimos rápidamente de ruta
por la ciudad.
A escasos metros del
hotel estaba, RÖDERTOR; al atravesar
esta puerta ya vimos que era una ciudad preciosa a cada paso.
Un poco más adelante MARKUSTURM MIT RÖDERBOGEN (Torre San Marcos
y Arco de Roeder), una bonita imagen con las casas, la fuente, el arco y la
torre.
Dejamos el centro para
más tarde cuanto estuviera más tranquilo y fuimos a BURGTOR (Torre del Castillo), en la puerta exterior hay escudos de
armas; y por la boca de una máscara en la puerta interior, podía lanzarse brea
contra el enemigo.
Tras cruzar BURGTOR llegamos
a BURGGARTEN (Jardines del Castillo),
la realidad es que en el siglo XII los castillos no tenían jardines, el nombre
correcto sería “jardines en lugar del castillo”; un terremoto en el siglo XIV
lo destruyó y las piedras de sus ruinas se utilizaron para la construcción de
la muralla. Desde aquí hay una panorámica preciosa de la ciudad.
Luego por un camino que
sale por la derecha (junto los baños), bajamos a visitar TOPPLERSCHÖSSCHEN, este palacete con fosas de agua, fue construido
en 1388 por encargo del alcalde Heinrich Toppler, como lugar de residencia y a
su vez torre de defensa; es un agradable paseo bajando por el bosque, hay un
tramo más durillo, pero el resto es bastante suave, a nosotros nos llevó 10
minutos bajar y 20 subir. No lo pillamos abierto, porque sólo abre de viernes a
domingo y de 13 a 16 horas; pero aun así nos gustó, es algo curioso.
Como habíamos desayunado
pronto, y después de la caminata ya había hambre, sobre la 1’30 fuimos a comer,
y como hacía un día muy agradable, elegimos la terraza interior del Gastof Butz, pedimos los dos el
mismo plato de pollo que era con una salsa de champiñones, y de postre una
tarta de manzana típica (apfelstrudel)
y un helado con arándanos, que juntó con las cervezas costó 30 €; bastante
bueno.
Tras la comida visitamos ST. JAKOBS KIRCHE (Iglesia de San Jacobo),
que es la más importante de la ciudad, en su interior hay bonitas vidrieras.
Horario: 9 a 17, valía 1 € o 2 €, no recordamos; cuando fuimos nosotros no había nadie, tenías que dejar el dinero en una cesta.
No solo hay torres en la
muralla, dentro la ciudad también puedes encontrar alguna como WEISSER TURM (Torre Blanca), esta torre
del siglo XII estaba en pleno centro de la vida judía.
Dimos un paseo por sus
calles con bonitas casas con entramado de madera, algunas son una preciosidad,
y además en diferentes colores.
Luego un paseo por la MURALLA, se puede subir desde muchas de
sus torres, aunque creo que no desde todas, la verdad es que es un paseo
interesante, ver la ciudad desde esa altura nos gustó mucho; no la recorrimos
entera.
Hacia el final de nuestra
ruta por la muralla bajamos para ver GERLACHSCHMIEDE
(Fragua de Gerlach), que es una de las fachadas entramadas más bonitas de
la ciudad, antiguamente fue una herrería. Esta es una recreación porque la original fue destruida en un bombardeo
en 1945; la herrería cerró en 1967, y actualmente es propiedad privada. Una
preciosidad.
Después nos fuimos a RATHAUSTURM (Torre del Ayuntamiento)
para subir hasta los 60 metros de altura a través de sus 220 escalones, en realidad solo
subió Alfredo, a mi no me apetecía nada; las vistas son bastante bonitas. Horario: 9’30 a 12’30 y 13 a 17.
Precio: 2 €. Como curiosidad, la taquilla estaba arriba; y habían un par de semáforos para no cruzarte con nadie, uno a mitad camino y otro arriba, pero en realidad no era excesivamente estrecho.
En la Marktplatz esta RATSTRINKSTUBE (Taberna de los Concejales),
se llama así porque antiguamente estaba reservada a los concejales, junto al
reloj de la fachada se representa el legendario “Meistertrunk” (Trago
Magistral) de 1631. A cada hora en punto de 10 a 22 horas, se abren las
ventanas y según la tradición, el alcalde Nusch tomó de un solo trago los 3’25
litros del exquisito vino francón, salvando así la ciudad de la destrucción
bajo las tropas del Conde de Tilly; aunque según fuentes históricas, fueron las
mujeres junto a los niños rogando clemencia. Lo vi mientras Alfredo estaba
subiendo a la Torre, así que no tenía la cámara para inmortalizar el “trago”.
Luego hicimos algunas compras,
y aunque nosotros no somos muy de navidad, entramos en la famosa tienda, Käthe Wohlfahrt, la tienda es una
pasada, son tres pisos y hay detallitos para aburrir, nosotros estuvimos cerca de
15 minutos y sin entretenernos mucho; para los que les guste la navidad,
tendrán problemas porque hay muchiiiiisimo para elegir y todo bastante caro, aun
así merece la pena, es muy bonita. Horario: 10 a 18. No se pueden hacer fotos.
Todavía nos quedaba por ver el punto más fotografiado, PLÖNLEIN, es la imagen de la ciudad, la fotografía que sale en
todos los folletos; está considerado uno de los rincones urbanos medievales de
Alemania más bonitos, con una delgada casa con fachada de entramado, delante
una pequeña fuente, todo enmarcado con la Torre de Kobolzell y la un más alta
Torre de Siebers, y además rodeado de bonitas casas burguesas.
Con este maravilloso
rincón dábamos por vista la ciudad, pero decidimos volver a BURGGARTEN para ver las bonitas vistas
con otra luz. Y luego regresamos al hotel a dejar cosillas, y a descansar
un rato.
Una de las cosas que nos
llamó la atención es la cantidad de coches que circulan por el centro, apenas
hay calles peatonales, en realidad nosotros sólo vimos una; ni siquiera la
céntrica Martkplatz, ni el Plönlein.
En esta ciudad hay una
red Wifi gratuita, que funciona bastante bien, cuando en el hotel nos dijeron
el nombre de la red y que no necesitaba contraseña, caímos en el detalle que
podía ser que funcionara por toda la ciudad, y bueno no sé si en toda, pero
probamos alguna vez y funcionaba bastante bien.
Descansamos un ratillo y
bajamos al Biergarten del hotel a
tomar una cerveza, aunque nuestra idea inicial era ir a cenar a otro sitio, como
se estaba muy bien y los platos que veíamos pasar tenían buena pinta, decidimos
quedarnos a cenar, además estaba lleno de gente local, lo cual nos daba más
confianza; pedimos un wiener schnitzel y unas patatas granitadas con carne, por
lo visto este sitio es especialista en patatas; todo muy bueno, que por
supuesto lo acompañamos de más cervezas; todo costó 32 €.
Después nos abrigamos un
poco y dimos una vuelta nocturna, para volver a los puntos que más nos habían
gustado, además a esas horas la ciudad estaba muy tranquila; todavía no era noche plena, pero hay que tener en cuenta que estas
ciudades las iluminan muy muy poco.
Tras este paseíto volvimos
al hotel y como todos los días a las 11 y poco a dormir.
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